LA METÁFORA DEL JARDÍN

Imagínate que tienes un jardín al que te gusta cuidar.

Hay flores de todos los colores, plantas varias y árboles frutales. Pero las plantas no siempre producen flores, porque eso depende de muchas cosas: del tiempo que hace que viven, de condiciones climatológicas, de cómo las has cuidado, etcétera.

Y los jardines suelen tener malas hierbas. Como ensucian el jardín, las quieres arrancar enseguida y sin contemplaciones. Pero al día siguiente vuelven a estar ahí. Y cuantas más arrancas, más salen. Al final te has centrado tanto en arrancar las malas hierbas que has olvidado las flores que tanto te gustan.

¿Has pensado que quizás las malas hierbas también tengan ventajas? ¿Que pueden dar un aspecto más natural al jardín? ¿Que pueden absorber el exceso de agua? El esfuerzo empleado en eliminarlas no sirve, porque vuelven a crecer y, por otro lado, hace que el jardín quede abandonado. Como resultado: ¿cuidas tu jardín de la forma en que querías hacerlo, o has dejado que las malas hierbas tomen el control? (Kelly Wilson y Carmen Luciano, 2009).

En la terapia de aceptación y compromiso se hace una metáfora usando el jardín como analogía de las actividades o valores de nuestra vida, y los hierbajos a los problemas o preocupaciones que surgen.

Es importante “regar” todas las plantas de nuestro jardín (rosas, margaritas, tulipanes…) pues en ese momento estaremos dirigidos hacia nuestros valores. Hay veces que la vida conlleva “malas hierbas”, pero lo mejor es no obcecarnos en ellas, sino seguir prestándole atención al resto de flores; porque sino acabarán pudriéndose esas áreas importantes de nuestra vida (flores = familia, trabajo, viajar, amigos, deporte…).

Si sientes que tu “jardín” está pudriéndose y quieres ponerlo bonito, no dudes en ponerte en contacto con nosotros para que te ayudemos al respecto.

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